Como una pasión que invade el alma y se extiende a tu alrededor, la profesión de viticultor, al igual que el arte, te da la oportunidad de expresarte y fundirte con la materia.

Como un escultor que trabaja la arcilla, he podido expresar mi visión de las uvas blancas en vinos secos cincelados, tensos y llenos de frescura, así como en vinos dulces llenos de redondez, exquisitez y longitud.

Mi nombre es Michel Boutin, estoy establecido en Jurançon, un viñedo en pleno corazón del suroeste de Francia.

Es bien sabido que el ser humano nunca está satisfecho con lo que tiene, así que la idea de producir vino tinto nació en mi mente siempre en ebullición.

Como vivo en un terruño de blancos, quería mantener un vínculo entre mis blancos y estos futuros tintos.

Entonces, como si los Pirineos fueran un lugar fijo en mi mente, ¡decidí ir allí!

El enlace estaba ahí, y sólo había que cruzarlo para llegar a las mágicas tierras de Navarra y La Rioja.

De conversaciones a reuniones, y de reuniones a conversaciones, la familia Manzanos, afincada en Azagra, que deseaba transmitir su finca, me brindó la oportunidad de convertirme en viticultor en España.

Hoy he conseguido realizar parte de mi sueño, ¡tener un pie a ambos lados de los Pirineos !

El suroeste de Francia para los blancos, Navarra y Rioja para los tintos, y ahora me toca a mí ayudarles a descubrir el ilimitado potencial de calidad de estos tres terruños, todos los cuales comparten mi feroz deseo de hacer el bien.

Michel Boutin